Segorbe, Valencia, 6 de octubre de 1907

Lola salió de su casa rumbo al puerto de Cadiz en compañía de María su hermana embarazada de nueve meses,  Jaime su cuñado y sus tres sobrinos. El buque de la Compañía Transatlántica Española zarparía la semana siguiente hacia el Nuevo Mundo, llevando consigo a su única familia. Lola, con los ahorros de toda una vida, les regaló los pasajes.

Esa misma noche, mientras se despedían, María comenzó las labores de parto. La habitación se colmó de incertidumbre. Al amanecer, un grito aciago anunció la muerte de madre e hijo. Tres días después del entiero, Jaime, Lola y los tres niños se embarcaron hacia América.

Los hijos de María crecieron, se casaron con tres hermanas e hicieron fortuna en la Ciudad de México. En los años cuarenta, Lola dirigía uno de los múltiples negocios familiares: la fábrica de sombreros; muy cerca, instaló su residencia en la casa estilo racionalista que sus sobrinos le construyeron en la recién inaugurada Colonia Roma.

Hoy, CASA LOLA abre sus puertas a visitantes provenientes de diversas partes del mundo que deseen vivir a fondo el resurgimiento de este antiguo barrio metropolitano, en un ambiente vibrante, cálido y confortable.